Cómo abrir una tienda online y no morir en el intento
El 14 de Marzo de 2020 quedará en la memoria de todos nosotros por el comienzo de un confinamiento que nadie sabía ni lo que era ni lo que iba a ser ni a significar para todos en general.
En un principio sentimos desconcierto y miedo a lo desconocido. Una ola de actividad creció en cada uno de los hogares: limpiezas generales, pedaleos de bicicletas estáticas desempolvadas, miles de cursos de toda índole, pero sobre todo los que nos hacían gastar energía, esa que no podíamos descargar en nuestra vida en el mundo exterior.
Nuestras relaciones sociales se convirtieron en mensajes de WhatsApp, en videoconferencias, en balcones y aplausos. Tomamos conciencia de que nos necesitamos, que las relaciones personales son la base de nuestra vida. Está claro que somos animales sociales, no hay duda.
No te das cuenta de lo que tienes hasta que lo pierdes… triste verdad que hoy, después de un año, seguimos confirmando.
En esos dos meses de confinamiento y después de pasar por todos los estados anímicos posibles, surgió en mi mente la idea de crear una tienda online.
En ese tiempo no tenía mucho que hacer (ya había realizado las pertinentes limpiezas de casa y todos los postres del mundo) así que me puse a pensar, investigar y soñar.
Cuando ves volar tu mundo y tu trabajo, la búsqueda de opciones es inevitable.
Con tus tiendas cerradas, no tienes posibilidad de continuar, de hacer. Y piensas que si hubieras tenido una tienda online, habrías podido aprovechar este tiempo de recogimiento para enfocar tu negocio en otra dirección.
Por otra parte, esta parada en el tiempo fue muy beneficiosa para recapacitar y tomar conciencia de lo que realmente es valioso en nuestra vida.
Me lancé a por información a nuestra biblioteca mundial que es Internet y conseguí, después de ver muchos tutoriales eso si, comprar un hosting con dominio gratis (oferta del primer año, por supuesto). Por cierto, me toca renovarlo ahora y la oferta ya no es la misma…Creo que esto es bueno que lo sepáis, todo cambia el segundo año, pero si quieres seguir con tu tienda no tienes otra opción.
Terminó el confinamiento después de dos meses y la vida y el trabajo continuó de forma intermitente y con miedo al futuro cercano. La incertidumbre de si tus clientes volverán a entrar en tu tienda por miedo al contagio es indescriptible.
Se te pasa por la cabeza de todo. Preguntas sobre cómo superarás la situación invaden tu mente muchas horas al día. La idea de la tienda virtual sigue en mi mente y hago un primer intento de contacto con una persona creadora de páginas web.
Después de pensar en ello y quitarme muchas horas de sueño, desisto ante las dificultades que me voy a encontrar en el camino y porque me encuentro sola y sin apoyo en el proyecto. ¿Voy a poder con todo lo que se me va a venir encima?La respuesta es no.
Intento olvidarme de la idea pero, después de un tiempo, algo me sigue martilleando la cabeza, es difícil de explicar. Es como que sabes que tienes la obligación de hacer algo a pesar de todo y sea como sea lo tienes que conseguir.
He de decir que ya no tengo esa edad emprendedora en la que te atreves con todo. A mi edad todo cuesta el triple.
La tecnología es una asignatura pendiente constante que pone a prueba tu paciencia y tu memoria. A veces te sientes inútil cuando después de intentar mandar un email, ves que has adjuntado el archivo equivocado, o cuando descargas un archivo y no eres capaz de encontrarlo… Parecen tonterías para cualquier usuario habitual del ordenador, pero son piedras que entorpecen la realización de tu proyecto. Gracias a Dios siempre he sido muy testaruda y hasta que no consigo aprender algo no paro. Siempre he creído que el trabajo duro siempre tiene recompensa.
En un segundo intento me tiro de cabeza a la piscina y empiezo el proyecto de mi tienda online con todas las consecuencias y con mucho miedo, pero con el convencimiento de que tengo que hacerlo… prefiero perder a no haberlo intentado.
En el momento en que estoy escribiendo este artículo, el primero y espero que no sea el último, la tienda está casi finalizada.
Aunque la creación técnica está siendo realizada por una gran empresa, para mi está suponiendo un arduo trabajo, tanto físico como mental. La realidad es que toda la información que se va a incluir en la tienda tienes que aportarla tu, como es natural: datos de la empresa, fotos y descripción de las prendas, stocks… y todo esto te roba muchísimo tiempo y trabajo.
Aprendes a ser fotógrafo (mediocre pero aceptable), aprendes a retocar las fotos, programas para todo, redes sociales…hasta a escribir en un blog Quizá no serás el mejor, ni el que mejor fotos hagas, ni siquiera sabes si vas a vender algo, pero lo que nadie te puede discutir es que has sido valiente por intentar conseguir un sueño a pesar de todas las dificultades que esto conlleva.
Ah ¡Se me olvidaba decir que mi tienda es de moda y es de lo que intentaré escribir en próximos artículos mezclados, eso sí, con temas que crea que puedan interesar o ayudar a alguien.
La aventura todavía no ha terminado, estamos en camino y espero no morir en el intento…
Dejar respuesta Cancelar respuesta